Hace unos días, TED publicaba una conferencia del psicólogo Adam Grant, sobre como las procrastinación estimula la creatividad. Si, la procrastinación, eso que se ha dado en llamar el azote de los escritores. Haced una búsqueda en google y os saldrán mil artículos sobre como combatirla. La charla de Grant, que es muy recomendable, lanza la idea de que no es que la gente mas creativa tenga más tendencia a la procrastinación, que también, si no que la procrastinación contribuye (y es incluso esencial) a la creatividad.
Como the Cuentista podría competir con posibilidades de medalla en unas Olimpiadas de la procrastinación, el tema me fascina. Es verdad que últimamente, se había hablado mucho de la procrastinación activa como método para ser mas eficientes. Pero no os engañeís, esto es completamente distinto. Grant está hablando de la procrastinación de toda la vida, ese dejar para mañana lo que puedes hacer hoy. Sin establecer prioridades ni ser estratégico en la definición de las tareas ni nada de eso. Es sabido que los escritores de ficción es un gremio donde la tendencia a la procrastinación abunda. La tesis de Grant proporciona una explicación pero también cabe preguntarse que sacar en claro de todo esto. Sobre todo, si ahora resulta que la procrastinación no es tan terrible: que es lo que tiene de bueno y como aprovecharla?.
¿POR QUE LA PROCRASTINACION NOS HACE MAS CREATIVOS?
Podeís encontrar bastante información en internet sobre el tema. Pero, simplificando, la procrastinación parece estimular la creatividad principalmente de dos maneras:
1. PROCRASTINAR PROPORCIONA UN ESPACIO IDEAL PARA EL PROCESO CREATIVO
La idea básica es: el tiempo que no pasamos haciendo lo que tenemos que hacer, lo pasamos haciendo otra cosa. Y mientras hacemos esta otra cosa, que típicamente es algo que nos cuesta menos esfuerzo que hacer lo que tenemos que hacer (jugar al Candy Crush, surfear la red, ver telenovelas, mirar a las musarañas) nuestro cerebro, que esta mayormente ausente en esas típicas actividades tangentes del procrastinator, aprovecha para ser creativo. Creativo sin trabas. Nos situamos en un estado en el que estamos receptivos a las ideas que circulan por ahí, perdidas en el aire. Como en algún sitio recóndito del cerebro retenemos la conciencia (esa que no nos deja estar tranquilos del todo) de que hay alguna tarea que tenemos pendiente, esas ideas que recogemos se relacionan con esa tarea. Sin casi darnos cuenta entramos en modo asociativo, inventamos y solucionamos.
Por el contrario, los que no procrastinan, y se dedican a hacer diligentemente lo que se supone que tienen que hacer, no crean ese espacio en el que recibir y desarrollar ideas nuevas, con el resultado de que limitan su creatividad.
2. HIPERFOCUS
Una característica del buen proscrastinator es la capacidad de reacción ante una fecha tope, un día de entrega, un plazo que se agota. Lo que tan plásticamente se conoce en inglés como deadline. Es una pena que no tengamos en castellano una expresión tan precisa: la linea de la muerte. Como su nombre indica ésta es la terrorífica fecha tras la cual se extiende, inexorable, la nada. Es lo típico que te pasas tres meses sabiendo que tienes un examen y sin pegar ni golpe, y llegan los dos últimos días, te coge el toro y te los pasas sin dormir y estudiando. Vas al examen con los ojos que se te salen de las órbitas, y luego sacas un sobresaliente.
La realidad es que esos últimos días aprendes de un modo y a una velocidad que es imposible de replicar meses antes de que llegue la fecha. La razón de esto es el hiperfocus, un estado de concentración total y absoluta, donde tu cerebro se pone en modo túnel y persigue un objetivo con exclusión de cualquier otra cosa, como nuestros antepasados perseguían una gacela en la savana africana. De hecho, el comportamiento cazador es la explicación del hiperfocus. Y la mejor manera de replicarlo en nuestra sociedad actual parece ser la imposición de una fecha irrevocable para finalizar una actividad que está incompleta.
Es muy probable que haya una capacidad innata para el hiperfocus que depende de cada persona. Aun así, el hecho es que cuánto mas dejas una tarea para el ultimo momento, más estimulas tu cerebro a entrar en hiperfocus. Y en ese estado de superflow, los humanos somos capaces de hacer y conseguir cosas (también y quizá sobre todo en el ámbito creativo) que no nos son accesibles de otra manera.
Un problema para los escritores es que el primer aspecto positivo de la procrastinacion, crear un espacio de creación, es relativamente fácil de conseguir. El segundo sin embargo es mas difícil, porque hace falta ser ya un escritor de éxito, y bastante, para que a alguien le importes lo suficiente como para que te imponga deadlines.
Y entonces: que hacer para que la procrastinación se convierta en tu aliada, en vez de en tu peor enemiga?
Me he mirado la ciencia y anecdotas de famosos escritores procrastinators y en una próxima entrada tengo la respuesta.
tablice z nadrukiem says
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