Este blog es la expresión de una voluntad: en el plazo de un año, tener publicado un texto. Lo que sea, donde sea. Siempre que sea ficción. Y que me lo publiquen otros. Las entradas de este blog, en otras palabras, no valen. Pero si no, vale cualquier cosa. Un cuento, un microrrelato, un poema, una novela young adult, un haiku… lo que sea. Y en el camino terminar historias, cerrar capítulos, escribir mucho. Presentarme a alguno de esos concursos literarios del calendario festivo de los pueblos de España y también, por que no, al de alguna editorial de renombre. Y ganar claro esta un premio, no tiene que ser el Nobel, de momento. Y conseguir un agente. Y que la agente me consiga un contrato de esos por los derechos de una novela que aun no tengo escrita. Y poder así dejar el trabajo diario y otros afanes para dedicarme en cuerpo y alma, oh dicha, a la LITERATURA…
Mmm…
Sinceramente, aquí es donde el sueño se me empieza a empañar. No por nada, pero cuando me imagino en la dedicación a la causa, sin razón para vestirme y salir fuera por las mañanas, me atenaza el miedo de acabar como uno de esos asesinos en serie de los suburbios de centroeuropa, de los que sus vecinos dicen: ‘era una persona tranquila, salía poco de casa y no se metía con nadie.’ Me veo acumulando periódicos en columnas que rodean mi mesa de trabajo, donde se amontonan tetra-packs de leche que voy bebiendo en pijama mientras me dejo angustiar por el famoso bloqueo del escritor. Porque ademas, de que escribe alguien que no sale de casa? Pero en fin, los sueños hay que seguirlos y afrontar los riesgos. Y en este blog pretendo documentar el camino, en todas sus vertientes mas prosaicas y espinosas. Las cartas de presentación y las de rechazo, la indiferencia, la logística de los manuscritos, cada uno de los pasos. Y ya que estamos, compartir lecturas y reflexiones sobre este oficio de escribir. Habra quien se ria de mi ingenuidad, y le invito a reírse conmigo. Mientras tanto, tengo dos ventajas, dos armas secretas en las que apoyarme para este proyecto. La primera es que escribo muy bien. O eso me dicen mis amigos y me decía mi abuela. La segunda es que no tengo nada que perder.
berta delgado melgosa says
abril 8, 2016 at 1:02 pmHola cuentista…soy Berta Delgado de Monólogo interior… la verdad es que no estoy de acuerdo contigo casi en nada…en primer lugar, publicar lo que sea a cualquier precio para mí es venderse barato…prefiero escribir y autopublicarme y cuando crea que tengo algo que puede adaptarse a una gran editorial lo intentaré, pero publicar en una editorial pequeña sólo hará que pierdas dinero y el control de tu obra. Lo de los concursos no va conmigo tampoco. Sigo la maxima de Béla Bartók: «las competiciones son para los caballos, no para los artistas» y además, están dados de antemano, el Planeta por lo menos que lo sé de buena tinta. Y en cuanto a lo del lector…bueno…al primero que le tiene que gustar es a ti. Yo nunca pienso en los lectores, ni en un lector ideal que es aquél que entiende mi obra tal y como yo la he planteado. Pero sí tengo 2 o 3 personas muy diferentes a los que voy dejando el borrador para que me digan si hay algo que no se entiende o sus impresiones…cuestiones que se ven desde fuera. Y, por último, escribir bien no significa mucho. Ni siquiera tener talento. Pareces joven, tendrás que averiguar si quieres ser escritor o escribir…lo que no es lo mismo. Espero que sigamos en contacto y mucha suerte! Un abrazo.
The Cuentista says
abril 9, 2016 at 4:12 pmHola Berta. Me encanta que me hayas escrito. La verdad que esta ¨declaración de intenciones¨ está escrita en clave paródica… En cualquier caso, el tema de la autopublicación es algo que tengo que explorar (ese es el propósito de este año, descubrir y experimentar). Y entiendo lo que dices de los concursos: uno no se imagina a Heinrich Böll presentando uno de sus cuentos al XXIIV Cértamen de relatos de Villajocosa del Huecín, premio de 400 eur y accesit para aquellas entradas que hagan referencia a la variedad autoctona de oveja latxa… Pero es también cierto que los concursos literarios, que son una cosa muy peculiar de España(y el mundo hispano) han cumplico un función a falta de un mundo editorial más dinámico. La ventaja que les veo, es que imponen una fecha. Soy de las que necesita deadlines para rendir.
Lo del lector, yo no lo veo tanto desde el punto de vista del lector que te revisa, o te critica tu texto. Que puede ser el caso de King, pero en otros, como el de Vonnegut, escribe a su hermana muerta. Asi que el que le guste o no es irrelevante. Es más el tema de utilizarlo como recurso para modular la voz, porque dirigirte a alguien (o imaginarte que te diriges a alguien) que conoces puede ser una manera de conseguir fluidez y naturalidad. O así lo entiendo yo. Y claro, tambien puede ser escribirse a uno mismo que es eso tan bonito que decía Borges de que cuando uno escribe el lector es uno.
En cualquier caso muchisimas gracias por tomarte el tiempo de escribirme, de escucharme, y sobre todo de criticarme. Un abrazo a ti también.